10 de agosto de 2010

El puchito

El cigarrillo como muchas cosas en la vida es uno de esos hábitos que contienen multiples facetas. Para mi el cigarrillo es excusa de un monton de cosas. Yo sé que va un poco a contramano de esta movida sana que predican muchos y además por sobre todas las cosas sé que es una adicción. Todo eso lo sé, pero de todos modos y a sabienda de todos sus defectos yo lo amo. Amo al cigarrillo y estoy convencido de que el cigarrillo muy a su manera también me ama, es como una mala novia que te quiere pero también te mata lenta y sigilosamente y te garantiza una vida llena de tos y tumores y demás cosas.

En su faceta mística el cigarrillo es el único y autentico llamador de colectivos, cuando estoy esperando el bondi en esas mañanas todavía no amanecidas y el muy hijo de puta no se digna a aparecer lo único que hace falta para que aparezca es prenderse un cigarrillo. Es como si el bondi no quisiera que disfrutes ese cigarrillo y se presentase como un villano tardío para detener todas esas bocanadas de placer.

Funciona como compañero en el ocio, si uno no esta haciendo nada pero se prende un cigarrillo automaticamente deja de hacer nada y pasa a estar fumando. Para el fumador es imposible por ejemplo estar esperando a alguien en una esquina por mas de 15 minutos sin prenderse un cigarrillo, porque el fumador es en sí una persona inquieta que no se aguanta no estar haciendo nada y por ende fuma.

El cigarrillo como medida de tiempo, de mas está decir que fumarse un pucho es una medida de tiempo, para algunos mayor para otros menor.

Como compañero del buen paja, es la excusa perfecta para posponer lo que uno estaba por hacer, por ejemplo retirarse de un lugar, el famoso bueno me fumo un pucho y me voy. Con mi grupo de amigos hemos llevado tan al extremo este tipo de práctica que le inventamos una palabra a este magnifico hecho de la deformación del espacio-tiempo: "Cantina". Cuando uno dice esta palabra mágica todo lo que estaba por venir debe detener su marcha y esperar a que ese pucho se termine de consumir en la boca del dichoso de turno.

Todo esto viene a que hoy en el cole mientras me retorcia de las ganas de fumar recordaba mis primeros puchos, obviamente robados de la cartera de mi vieja, y de como nos comportabamos alrededor del hecho de comenzar a fumar. Y en eso caigo en la cuenta de que voy a cumplir 25 años y comencé a fumar a los 15. Y 25 menos 15 da 10. O sea que hace 10 años que vengo contaminandome el cuerpo con este vicio de mierda.Y la triste verdad es que me pareció mucho tiempo. Que macana esto de que las cosas ricas de la vida sean mortales, es uno de esos hechos de sadismo cósmico que nunca lograré comprender del todo.

5 comentarios:

Buscarroña dijo...

es un garrón pensar cuándo empezaste a fumar y peor todavía pensar cuánta plata gastaste todos esos años en puchos.
quizás a esta altura ya me podría haber comprado un auto

Dante dijo...

se habría que dejarlo un día de estos

Anónimo dijo...

Nunca mejor descripto. Lo del bondi. Lo de la espera. Todo.
Quisiera dejarlo pero también lo amo!
Misma cuenta de años, misma preocupación. Nos harán un 2 x 1 los de NiQuitin? Alguna promo? Algo???

Martín dijo...

cada vez que me encontraba fumando un pucho "de aburrido" me daba un no-sé-qué medio feo

10 años metiendole alquitrán (si, alquitrán! esa cosa negra y pegajosa que se usa para pavimentar calles) al cuerpo. de todos los vicios creo que es el más inentendible de todos.

anita dijo...

¡¡¡y los intentos de lean de dejar de fumar!!!

y yo que te creí pibe.

sacate el vicio de fumar, las cosas que contás son tristes

buscate otro, por ejemplo:
- comer chicle
- tomar alcohol (sin fumar mientras)
- juntar monedas en un puerquito
- bailar cada vez que te den ganas de fumar
- ser un super heroe

buena suerte!