18 de mayo de 2010

La paciencia del colectivero

Me adelanto al 314 sin ver que había gente detras mio, cosa que a los pronvincianos les sueles pasar por que a diferencia de la gran ciudad aquí no se hace cola para tomar el colectivo, me doy cuenta de mi atrevimiento y hago un ademán para dejar pasar a una piba que estaba detrás, esa piba quiere dejar pasar a una tipa y la tipa a su vez quiere dejar pasar a una señora. Todo este embrollo de dejar pasar nos dejó inmobilizados por alrededor de dos segundos, uno de esos raros momentos en donde te movés y el de al lado se mueve entonces no querés ser menos y te quedas quieto repitiendo tu ademán genoroso de invitación a pasar primero.
El colectivero en su infinita paciencia y como buen cristiano tardó la cifra record de dos segundos en hincharse las pelotas, refunfuñar, cerrar la puerta y tomarse el palo dejándonos a todos de garpe en la parada y con un grito atragantado que decia: La concha de tu recalcada madre.
En este solemne acto queda inaugurada la etiqueta: los bondiviseros.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

jajajjajajajjajajjaja

Mr.X dijo...

no se puede ser cortes hoy en dia.... aunque tengas la intencion.... viene un colectivero malaonda y pumba.... quedan todos de garpe.

Anónimo dijo...

Se dice Bondivisero, Bondibusero, Bondiero o Bondilero?

Martín dijo...

Que rica era la bondiola

Dante dijo...

bondía

Micaela dijo...

los odio, la verdad.

anita dijo...

si hay algo que me llamó la atención de bahía es que la gente es súper amable para indicarte lugares, para conversarte, para todo MENOS para subir la bondi. No sólo que no hay fila, sino que si vos esperás 1 segundo a tener un escalón libre para dar el saltito, ya tenés a dos personas metiendose delante tuyo.
cuando vuelva a mi ningún bondi me va a cerrar la puerta por gentil.